A Diez Centímetros De Ti - Capítulo 4

 CAPÍTULO 4
          *¡Recuérdame!¡Tienes que hacerlo!¡Recuérdame joder!* 
    Me desperté sobresaltada. A mi alrededor están los mismos aparatos que llevo viendo durante estos meses, y ya me empiezan a incomodar. Me levanto y voy al baño en un desesperado intento de cansarme y así volver a dormir, como hago siempre.
    No entiendo por qué no me dejan volver a casa, ¡si estoy bien! Puedo bailar hasta una samba.
Sin darme cuenta empiezo a moverme al ritmo de alguna canción de Juan Luis Guerra, aunque no sea samba lo que cante.
    Me río de mí misma, sacudo la cabeza y vuelvo a la cama. Espero no despertarme de nuevo, porque mañana en la revisión tengo que parecer perfecta.
    Acostada, me doy cuenta de que voy a tardar un buen rato en dormir, porque desde que me tumbé en la cama no he podido parar de pensar en lo que acabo de soñar.
    "Más que un sueño... una pesadilla"-pienso.
    Entristecida lo recuerdo, recuerdo su cara de asombro al decir que recordaba su nombre pero no quién era, recuerdo cómo contuvo el aire y lo expulsó lentamente para relajarse, pero que no le sirvió de nada, recuerdo sus gritos... Esos gritos que me pedían una memoria, sus manos zarandeándome, pero sin hacerme daño, fuertes, decididas, pero a la vez dulces y con miedo. Jamás podré olvidar su mirada de tristeza cuando se lo llevaron de la sala en la que me encontraba, ni el dolor tan profundo que me dejó cuando se marchó, un vacío que noté que solo podía llenar él.
    Y junto a esos recuerdos, también recuerdo los rostros de Lucía y Andrea, las dos únicas amigas a las que dejaron quedarse, cuando vieron que de ellas no recordaba nada, ni el nombre.
~
-Bueno Sara, ¿sabes lo que te ha pasado?- le pregunta un médico.
-Estuve... ¿estuve en coma?
-Sí. ¿Cómo lo sabes?
-Yo... no lo sé. Creo que lo vi, no estoy segura.- responde Sara dudosa.
-No te preocupes- le dicen con una sonrisa -. Necesitamos que nos contestes a unas preguntas fáciles, ¿vale?
-Sí.
-Dime, ¿sabes quiénes son estas personas?
    Delante de Sara están dos mujeres y un hombre, y más atrás varios chicos.
-Ella es mi madre- dice señalando a una mujer alta y delgada.
-¿Recuerdas su nombre?
-¡Claro que lo va a hacer!- interrumpe la madre de Sara.
-Perdone señora, pero es necesario que mantengan la calma, son pruebas que debemos hacer para ver hasta donde llegan los daños que ha podido sufrir el cerebro, por favor.
-Sí, disculpe.
-Se llama María. La chica de al lado es mi hermana y su nombre es Marta; y el señor es mi padre, Álvaro.
    El hombre alto y la chica menudita sonríen al escuchar pronunciar su nombre a la chica que hasta hace poco la vida se le escapaba.
-Bien Sara, muy bien. Ahora es algo un poco más complicado, ¿estás lista?
-Supongo que sí.
-Vale, chicos, por favor, acérquense.
    Una chica muy baja y con una sonrisa dulce, otra más alta con el pelo rizado y unos ojos muy expresivos se adelantan unos pasos. Pero de las tres personas que se acercan, el chico es quien más llama la atención a Sara. Alto, moreno, muy normal, pero que tiene algo que a ella la atrapa desde el primer instante que clava su mirada en él. El chico no aparta sus ojos de ella ni un instante, expectante de cualquier movimiento que le indique que se acuerda de él.
-¿Sabes quiénes son ellos? 
    Sara dudosa, posa su mirada en cada uno de los tres, nerviosa, sin saber que decir.
-... Ellas... Sus nombres son Andrea- dice señalando a la pequeña- y Lucía, pero... lo sé porque cuando estaba dormida lo escuché, creo que son mis amigas... pero no lo sé...
    Unas débiles lagrimas se resbalan por sus mejillas y no deja de mirar con ojos de disculpa a las dos muchachas a las que se les han roto sus corazones.
-Lo siento...- susurra.
    Lucía se acerca a ella le da un beso y un abrazo y le dice al oído:
-No pasa nada, siempre serás mi mejor amiga.
    Andrea también se adelanta y envuelve a la chica con sus brazos. Sara mira a ambas a los ojos y les dice:
-Quiero saber nuestra historia... Lo siento, y... Es raro pero, sin recordar, lo noto.
    Con unas débiles sonrisas las dos chicas se apartan y se ponen a la altura de los padres de la chica, para que ella pueda seguir respondiendo a las preguntas de los médicos.
-¿Y él?- le recuerdan.
    Con una mirada triste, Sara sacude la cabeza y niega. Pero de repente, con sus ojos a rebosar de lágrimas recuerda y dice:
-¿Víctor...?
     Al chico se le ilumina la cara y deja expulsar todo el aire que había contenido en sus pulmones para no estallar.
-Muy bien, pero, ¿recuerdas quién es?
-Esto... yo... -traga saliva y responde-, no.
    Víctor la mira fijamente y el dolor se transforma en algo desconocido, en furia, desgarro, preguntas, en algo que le devora y lo mata poco a poco. Apunto de estallar se acerca a Sara y la coge por los brazos, se los acaricia y dice en un tono de voz que solo ella puede oír:
-Recuérdame Sara, por favor... tienes que hacerlo...
-Lo intento... pero no puedo, perdón...
    Él apoya su frente en el hombro de ella y dice más alto:
-Tienes que recordar quien soy, tampoco es tan difícil.
-Sí que lo es chico- le interrumpe el médico-, lo siento, pero ha sufrido muchos daños, debes comprenderlo.
-No puedo... Recuérdame, recuérdame...
-Perdón Víctor, no puedo...
    Clava su mirada en sus ojos y solo encuentra culpabilidad, ni una pizca de lo que había visto antes. Ella solo ve dolor y algo más, algo que sabe qué es, pero que no recuerda, tampoco.
    Estalla.
-¡Recuérdame! ¡Tienes que hacerlo! ¡Recuérdame joder!
    Su rostro se llena de lágrimas y su garganta se desgarra por los gritos, mientras varias personas lo agarran y lo sacan de la habitación, y Sara se tapa los oídos al mismo tiempo que se cubre la cara y repite la misma frase.
-No puedo, no puedo, no puedo, no puedo, no... 
~
    *Bip, bip, bip bip*
    El sonido de una de las múltiples máquinas me despierta, miro el reloj de mi habitación y me incorporo. Es increíble que me durmiera con ese recuerdo tan horrible, pero hoy no he de pensar en eso, es más importante prepararme para lo que viene, porque puede que hoy me vaya de aquí o que siga durante una temporada. 

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